Para entender el manejo y procesamiento de estas grandes cantidades de datos se deben de considerar dos conceptos clave: el Big Data y los algoritmos.
El big data
El Big Data es el conjunto de prácticas involucradas en la colecta, procesamiento y análisis de grandes conjuntos de datos
Schäfer y Van
El big data no es simplemente un paquete grande de información sino, la potencialidad de ese conjunto de información de ser analizado y trabajado con un fin específico.
Danah Boyd y Kate Crawford, en el texto “Critical questions for Big Data” (2014) reflexionan sobre el concepto de big data y concluyen que no es solamente un gran conjunto de datos, sino la capacidad para buscar, agregar y cruzar referencias de grandes o no tan grandes conjuntos de datos. Lo definen como:
Un fenómeno cultural, tecnológico y académico que descansa sobre el cruce entre:
(1) La tecnología: maximizando la potencia de cálculo y la precisión algorítmica para recopilar, analizar, vincular y comparar grandes conjuntos de datos.
(2) El análisis: de grandes conjuntos de datos para identificar patrones con el fin de hacer relaciones económicas, sociales, técnicas, y legales.
(3) La mitología: la creencia generalizada de que los grandes conjuntos de datos ofrecen una forma más alta de inteligencia y conocimiento que pueden generar percepciones que en el pasado hubiera sido imposibles, con el aura de verdad, objetividad y exactitud (Boyd y Crawford, 2014: 663).
los datos generados por las interacciones sociales son particularmente importantes. Manovich, en el texto: Trending: The Promises and the Challenges of Big Social Data (2011) menciona que la aparición de las redes sociales a mediados de la década de 2000 creó oportunidades para estudiar procesos y dinámicas sociales y culturales de nuevas formas. Es la primera vez en la historia que las opiniones, ideas y sentimientos de cientos de millones de personas aparecen públicamente y son fácilmente cuantificables, monitoreables y rastreables. Y no es necesario pedir su permiso para hacer esto, ya que ellos mismos nos alientan a hacer haciendo públicos todos estos datos (Manovich, 2011: 2).
Los algoritmos
En este documento definimos el algoritmo como una lista de reglas o comandos que se deben seguir en orden para resolver un problema. Un algoritmo es un método de paso a paso que nos permite solucionar una dificultad o realizar una acción, comúnmente se utiliza para procesar datos, manipular información o hacer cálculos de tipo matemático.
En términos generales, un algoritmo es capaz de lograr acciones complejas de manera fácil y rápida.
Hay dos tipos principales de algoritmos, los llamados algoritmos de caja negra , que son aquellos cerrados, es decir, cuando la intención que motivó a su creador a desarrollarlos no está expresada explícitamente y su código no es accesible; también existen los algoritmos de reingeniería , que son muy importantes porque representan la base de la ética tecnológica, es decir, aquellos creados con fines claros y con código al que se puede acceder para modificarlo y desarrollar algo más complejo.
A medida en la que la evolución de estas tecnologías avanza, hay algoritmos capaces de tomar decisiones de forma semi independiente. Esto es algo que debería ser de interés para cualquiera que desea comprender el ordenamiento del mundo social; nos encontramos en un momento en donde el software puede ser asumir algún papel constitutivo performativo para ordenar ese mundo en nuestro nombre (Pasquale, 2015).
¿Eso qué significa en la práctica?
Si bien la mayoría de los algoritmos mantienen una estructura general (inicio-proceso-fin o entrada-proceso-salida) cada uno representa un modelo matemático diferente para generar sus resultados. Pueden ser medidos por su eficiencia (tiempo de respuesta), su desempeño y confiabilidad.
Todo lo que hacemos en línea se recolecta, esto genera grandes volúmenes de datos llamados big data, esta información generalmente viene etiquetada u organizada por los usuarios y creadores, después llegan los algoritmos para ordenar, dar sentido y uso a esa información. Nosotros vemos los resultados de estos proceso algorítmicos todo el tiempo, en las recomendaciones de Netflix, en las listas de reproducción de YouTube, en las recomendaciones de amigos de Facebook y en millones de lugares más del Internet.
